LEY DE TRANSPARENCIA

Por fin! Estamos de fiesta!!! ¿Y por qué? Porque hay un Gobierno de España que decide ponerle el cascabel al gato, al menos está diciendo que hay un cascabel que poner haciéndose eco de la voz del pueblo. Pero, ¿Qué es esto de la ley de transparencia?

Hablar de transparencia es hablar de información pública. Prácticamente todos los países europeos disponen de una ley de acceso a la información pública. En los grandes países todos la tienen. Automáticamente, cuando hablamos de transparencia pensamos en políticos corruptos. Es inevitable con la cantidad de ejemplos de corrupción que aparecen día a día en los medios de comunicación. Pero hay algo más. Pongamos un supuesto. Una empresa lanza una oferta de empleo en la que se solicita un Ingeniero Superior Industrial (pongo mi titulación porque es la primera que se me ocurre). Pues bien, vivimos un momento de mucho paro y que las artimañas por conseguir un trabajo pueden ser infinitas. Cuanta gente pone en sus CV’s que son lo que no son. ¿Podríamos comprobar de alguna manera que lo que se pone en los CV’s sea verdad? Pues con la ley de transparencia podríamos.

El gobierno ha recibido más de 3.600 propuestas de los ciudadanos en lo relativa al contenido de esta ley. Por supuesto, no creo que se atiendan todas pero me parece un gran paso adelante que se cuente con los ciudadanos para redactarla. Y es que los ciudadanos son los primeros beneficiados. Pongamos más ejemplos, imaginemos que la administración abre expedientes sancionadores a escuelas formativas, residencias geriátricas, locales comerciales… Imaginemos que soy un futuro usuario o comprador. Actualmente, es difícil acceder a los historiales que podrían ayudarnos a tomar ciertas decisiones. Pero ¿y si fueran públicos?

Y, por supuesto, los políticos. Son los grandes gestores del país. Por sus manos pasan miles y miles de millones de euros. La ley de dependencia nos permitirá tener datos de las gestiones políticas y poder detectar irregularidades con cierta premura para emprender las acciones legales pertinentes y evitar algunas prescripciones o simplemente que las malas praxis políticas queden en la omisión y jamás se detecten.

Concluyendo diré que la ley de transparencia es necesaria, que lo es hace mucho tiempo y que, por fin, en España vamos a tenerla. Será una ley que necesitará de revisiones porque desconocemos el alcance de “lo oculto” pero que sin duda es un paso adelante en el devenir político y de gestión español.